[VEINTISEIS]

Repite: Santa María, Madre de mi Amo, hazme feliz ahora, y en la hora de mi muerte.


PERO DAME,

hijo mío,

tu corazón,

aunque tengas

que estar

a palo seco,

que no quiero

hacer de mi hijo

un codicioso.

Así tú

siempre serás

joven,

aun muriendo

de viejo.

Dame, hijo mío,

tu corazón,

aunque tengas

que ir

a palo seco.

No te preocupes:

siempre serás joven.

No te preocupes:

de ti

cuida

mi Madre

¡ahora!

y cuando

debas

empezar

a ser eterno.