Hundido vienes... Por tus fallos: caprichos que, una vez satisfechos, tanto te hacen sufrir.
Y.. son ofensas: eso sí que te duele. ¡Qué humanos sois los pájaros!
Recuerda: La vida interior, muchas veces, no consiste en otra cosa que pedir perdón.
EL ARTE DE VOLAR
más y más
lejos
quisiera que aprendieses:
aprovecha tu miseria,
pajarillo.