[UNO]

Señor Dios mío, delante de Ti me siento como un pájaro, gorrión de ciudad. Una criatura pequeña y débil, que puede levantar el vuelo a poca distancia del asfalto, o entretenerse picoteando en las aceras. Como un pajarillo vengo a mirarte, a estar solo contigo.



COMO UN PAJARILLO,

estoy

mirándote, mirándote.

Me hablas con tu silencio

y te escucho

con la mirada